Sunday, August 28, 2011

Infidelidad... ¿Opciones?

Ya llevaba tiempo sin postear ninguna entrada. No porque no haya cosas por decir, simplemente porque no me inspiraba hacerlo.

De repente se me ocurrió escribir sobre un tema tan simple como controversial. Simplemente complicado o complicado por su simpleza.
Me refiero a la infidelidad.

Desde que inicié el camino de la adultez decidí que la infidelidad era una traición imperdonable. Quizás como resultado de los constantes devaneos de papá y el sufrimiento que esto trajo como consecuencia.

Asumí que ser infiel es, simplemente, inexcusable... Nótese que no digo "imperdonable".

No es que haya cambiado mi forma de pensar, ni que [de pronto] haya decidido justificar a los infieles (esto no tiene ninguna connotación musulmana, que quede claro), pero recientes eventos me han hecho reconsiderar algunos detalles de mi postura.

Históricamente los hombres han contado con ciertas licencias sociales para romper todas las reglas: El hombre tiene licencia para ser infiel, para envejecer, para equivocarse, para salir con una mujer más joven, para dejar el hogar (y los hijos) y reiniciar una nueva vida...
Las mujeres no: Tenemos que ser súper mamás... No se espera menos de nosotras. Nuestra propia infidelidad es una tara con la que cargaremos el resto de nuestra existencia...
Envejecer es imperdonable para nosotras. No se nos permite hacerlo con dignidad y elegancia. Sólo algunas logran hacerlo...

El hombre tiene la capacidad de tener relaciones sexuales efímeras sin involucrar sus sentimientos. La lealtad de un hombre no se encuentra, precisamente, en su órgano genital.
Asi, aún amando profundamente a su pareja, puede involucrarse físicamente con otra mujer sin que esto tenga en él ningún efecto emocional
La mujer (por lo general) tiene relaciones sexuales cuando se siente atada emocionalmente... ¡Grave error! ¡Enorme la diferencia!

Yo puedo entender que mi marido, en una noche de farra, se tome esta licencia. Hará daño a la relación, si, pero [probablmente] sobreviva y es hasta posible que lo perdone... Pero yo no estoy segura de que yo obtenga las mismas ventajas si fuera el caso contrario.
Difícilmente un hombre perdone una infidelidad de su mujer.

Siempre dije que no estoy de acuerdo con la infidelidad femenina (sin apoyar la masculina) porque hay cuatro principios básicos por los cuales no se justifica:
1.- Si tu pareja es un buen marido... ¿Por qué serle infiel? Evidentemente el fallo es tuyo.
2.-Si es un mal marido... ¡NO le seas infiel, solamente déjalo!
3.-Si el marido es un monstruo que "se merece" que le adornen la frente, entonces a un animal así no le voy a dar el gusto de que me llame como se le antoje. Una vez pones los cuernos la mala eres tú... Si él no sirve no le voy a dar el gusto de rebajarme a su nivel.
4.- ¡A mi me gusta demasiado tener la razón! Una vez la mujer viola una de estas licencias sociales pierde la razón y el respeto. ¡Me encanta tenerlos los dos!

Pero... En la vida no todo es blanco o negro. ¡Hay una gama enorme de grises!

Recientemente he vivdo, de cerca, situaciones en las que la mujer se ha visto en la posición de ser ella la infiel. No quiero entrar en detalles (mi mente todavía se debate), pero debo admitir que en cada caso [particular] cada una de ellas no tuvo otra opción que hacer las cosas como las hizo.
Yo, por más que lo intento y a pesar de lo que pienso, no puedo encontrar la forma de no entenderlas, de no aceptar sus desiciones.

Por otro lado una pareja, sin importar lo estable que sea, pierde cierta motivación en medio de los ajetreos de vida. Se dan cambios naturales donde ya las caricias (que son un terreno seguro y conocido ) se convierten en un terreno seguro y conocido.
La chispa del primer toque, el primer beso... el primer acercamiento íntimo se diluye.
Es una cuestión de etapas y estos cambios, cuando hay madurez, se asumen y se abrazan... Pero esa chispa ya no está, se transformó, no es la misma.
No es que las cosas sean peores, sino que son diferentes.
Puede sonar absurdo e infantil. Irresponsable e inmaduro, pero encontrar esa chispa de nuevo, en otra persona, puede ser una denotante que ( si no se maneja con cautela) llegue a desembocar en la más trivial de las infidelidades.

Por otro lado ... ¿Qué se puede definir como infidelidad? ¿Es sólo si tenemos sexo físico -con alguien más- que estamos siendo infieles o hay otras formas de serlo sin que haya "pecado la carne"?

Al final cada quien vive su propio Universo, con sus propias reglas y sus propios razonamientos. El problema se crea cuando esos Universos [propios] afectan los de los demás.

Todavía no me rindo ante la infidelidad [femenina], pero admito que estoy creando espacios que me permitan coexistir con ella.



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